Aquel
gris limbo
Se
había levantado de madrugada, su cabeza llena de ideas no le permitía conciliar
el sueño, y por más que quisiera dormir su alma le pedía a gritos que se
levantara y escribiera en su cuaderno. Era una mañana en la capital de
Colombia. Bogotá había amanecido con una extraña niebla que les permitía a las
personas indagar en aquel mundo albo y frio. Las personas pasaban y él se
dirigió al estudio. Libros tirados por el suelo, un estante lleno de cuatro
pisos, una mesa de madera vieja en un rincón y un asiento que le hacía juego,
completaban la armonía de aquel santuario. A falta de ventanas lo único que
alumbraba era una pequeña lámpara ubicada en la mesa.
Encendió
aquella vieja lámpara y después de dos destellos se encontró iluminando la mesa
de madera, encima de esta se encontraban unos cuantos libros viejos, pero solo
había uno abierto, “Bogotá Suicida” decía el título: “Bogotá es una ciudad
suicida, según como la quieras ver; hay para quienes el suicidio es señal de
locura mas en verdad lo es de cordura...”
un poema de otro anónimo pensó, no aspiró a leer mas, estaba cansado
pero aun tenia la urgencia de escribir en su cuaderno, retiro el libro de
poesía arrojándolo sobre los otros del rincón, mas muy debajo de los libros que
se amontonaban en la mesa se encontraba un cuaderno pequeño, estaba forrado en
cuero negro, no tenía ningún bordado u letra encima, vetas de desgaste se
dibujaban a lo largo del cuaderno, y sus hojas teñidas de amarillo eran espejo del
paso de los años y las experiencias talladas en este.
No siempre escribía, al libro aun le faltaban
unas cuantas hojas para estar repleto, pero aun así en este se escondían las
revelaciones que solo un hombre que en verdad leyera el mundo podía tener.
Adelantó las hojas llenas de tachones y párrafos hasta llegar a la última página
escrita, tomó el lapicero azul que se encontraba encima de la mesa y comenzó a
escribir:
“¿Qué
es lo peor que le puede pasar a una persona?, ¿qué es lo peor que te puede
pasar?, ¿qué es lo peor que me puede pasar?; la pérdida de un ser querido,
encontrase pobre, ser discapacitado, o tal vez estar muerto; te pregunto a ti,
quien seas querido lector, que aunque estés leyendo por aburrimiento, por
recomendación o tal vez por una extraña casualidad, que reflexiones, que es
mejor: sufrir o ser feliz, vivir o morir, amar o no amar, odiar o no odiar…
posiblemente cada uno tenga su punto de vista sobre esto, sus respuestas van a
estar basadas en sus realidad y en su presente, en este momento aman alguien, o
quizá le tienen miedo a la muerte, fobia a no poder moverse, e incontables
sentimientos y posiciones sobre qué es lo peor. Pero te quiero decir mi querido
amigo que lo peor que puede sucederle a alguien no es algo basado en pasiones y
sentimientos, sino es algo que está entre lo racional y lo irracional. Kant nos
habla de una moral racional derivada de la naturaleza del ser humano. Descartes
nos habla de las pasiones del ser humano como causantes de sus acciones.”
-Con
ansias pero con claridad el lapicero
siguió el discurso de sus argumentos, este solo se detenía para verificar que
lo escrito fuera aquello que él quería transmitir, aquello que sentía que se le
había revelado, aquello en lo que creía que era verdad.-
Todo
esto fluía cuando seguía escribiendo.
“Como
objeto ambos explican desde ambas posiciones (la racional y la irracional), el
actuar de las personas, su forma de pensar, así la decisión de elegir para
ellos que es lo peor que les puede pasar, de elegir aquello que deben evitar se
basa en alguna de las dos, en lo racional o lo irracional, pero como ya te
había comentado, el verdadero sufrimiento se encuentra en el limbo de las dos
realidades”.
-Tomo
una gran pausa como tratando que aquel silencio quedase plasmado en el libro. Que
aquella ansiedad a lo desconocido, que aquel intervalo de tiempo en el que se aguanta
el aliento este escrito, logre mayor fuerza en el alma del que lo lea.
“Lo
peor, el mayor sufrimiento y el mayor castigo que Dios le puede poner a una
persona es el del aburrimiento a la vida, en donde nada le sorprende, en donde
lo único que le queda es buscar sorprenderse, divertirse; pero eso no es
felicidad. Es una búsqueda constante de algo que uno no sabe que es. Como
buscar una estrella en el universo aun sin saber si en verdad saber donde esta
o sí acaso existe, una búsqueda de algo que lo haga sentir que vivir si vale la
pena. El vivir en aquel mundo gris que es ese limbo no es ni un sueño ni una
pesadilla. El sueño se persigue y de la pesadilla se despierta, pero en este
mundo gris no hay nada que deslumbre, no hay nada que enamore.”
-Ya
con lágrimas en los ojos y una jaqueca incontrolable estaba en la culminación
de aquella enseñanza que se veía obligado a escribir. No quería escribir más. Su
cuerpo le pedía a gritos el descanso pero algo en él lo incitaba a continuar lo obligaba a sostener aquel
lapicero y tratar de desahogar su alma.-
“Ese
mi querido amigo es lo peor que te puede pasar, aquel momento en el que te
aburre tu propia existencia. En el que no encuentres ni forma ni razón de
mejorar o empeorar. Donde cada vez trates de sorprenderte con cosas cada vez más
drásticas; en donde intentes buscar cualquier color en el mundo gris en el que
terminaste. Será aquel momento en el que te encuentres en el limbo de tu
persona y de tu mundo, en el que cerrar los ojos sea tal vez la forma de salir
de aquel gris universo, en el cual
pareciera que Dios te tortura día a día solo por el hecho de estar viviendo.”
Soltó
el lapicero azul y se sintió tranquilo. Volvió a su cuarto y se sentó en la
cama. La niebla se había fundido con el sol y las calles; de nuevo se
encontraba en aquel gris limbo.
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